sábado, 5 de diciembre de 2009

Milagro en la noche

Un loro se posó sobre un parquímetro y habló. Primero dijo algo sobre la papa, después disertó sobre la virtud de la madre de alguien. Con sus patitas recorrió el parquímetro de una punta a la otra. Era de noche. Aunque en la calle sólo había un cartonero con su carro y un perro vagabundo, los árboles y los tachos de basura parecían estar atentos, escuchando.
El loro se aclaró la garganta y con vos gruesa recitó uno de los mejores discursos de Perón. Habló de un pueblo que marcha, del olvido y la hermandad. Pidió que todos volvieran al trabajo y por último se otorgó un descanso.

El cartonero pensó que era una radio prendida en alguna casa. Los de alguna casa pensaron que era el estéreo de algún auto. Los autos pasaron demasiado rápido. El perro se rascó.

El eco de Perón se acurrucó en los rincones hasta diluirse de nuevo en el aire.

Tres hojas secas y una bolsa de polietileno pasaron volando con el viento. Todos los relojes contaron diez minutos.

El loro parpadeó, picoteó un poco el borde del parquímetro y salió volando.

4 comentarios:

  1. los loros son cuenteros... seguro que salió volando a otro parquimetro a contar lo que vio en ese instante de la magica noche...Diana .

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  2. Lei mucho, pero esto es distinto. ¡que loca linda¡¡¡

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  3. Que lindo texto. Muy divertido y poético. Y con buenas imágenes.

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