domingo, 10 de mayo de 2009

Erase una vez una niña de 16 años,

a la que llamaban Anita Soledad, que escribió su primer poema, y decía así:


Será que tanta tinta hay en mis venas
para escribir la mejor de las historias,
cien hojas llenar de cosas buenas
y mil andanzas comenten mis memorias.

Será por eso que mi espíritu desgarran
esos minutos inútiles, desiertos,
y me sacude con su maligna garra
el silencio del tiempo que se ha muerto.

Será por eso que no puedo soportar
ver como en vano se pasan los segundos,
y cuando sueño ya no quiero despertar
y ver que nada he hecho yo en este mundo.

Quiero crear un alto campanario
que no caiga entre las llamas del olvido,
que repiquen las campanas por mil años
en señal de lo mucho que he vivido.

Quiero recorrer el mundo entero
y conocer la belleza de las cosas,
y aunque muera en un triste basurero
saber que mi vida ha sido hermosa.

Quiero aprender la esencia de los seres,
llegar a los rincones mas profundos,
saber que buscan los hombres y mujeres
desde niños a viejos, moribundos.

Quiero comprender a la naturaleza
desde lo inmenso a lo pequeño, diminuto,
contemplar toda la tierra y su grandeza
y ver el sol que la devore en un minuto.

Quiero enfrentarme con la muerte cara a cara,
y refregarle que viví cada momento,
quiero que me lleve donde la vida se acaba
solo para esperar un nuevo nacimiento.

Aunque sea una locura, un sueño sin razón
se que lograré mi lunática ambición:
la de no ver mi tinta malgastada
escribiendo cien veces “No he hecho nada”.


Esto fue allá por febrero del 1997, una época donde todo era posible, cuando me di cuenta de que me gustaba escribir...

3 comentarios:

  1. Che que lindo. Ya de pendeja eras temperamental... Me encantó el final.
    Espero que este nuevo blog te ayude a difundir tu obra, que por cierto es muy interesante, y que te obligue a mantener una continuidad en la escritura.
    Te deseo y te auguro muchos exitos.

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  2. A los 16 añitos pasaba todo eso por esa cabeza...

    sos grosa nena eh!!

    espero leer mucho de lo pasa ahora por esa cabeza!

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  3. el amor por el arte surge en los momentos más inesperados y con una fuerza irresistible...
    espero que el conejo te lleve de la mano por maravillosos lugares (perdón por el clishé..)!
    Saludos!

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