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martes, 9 de noviembre de 2010

Diván

así recuerdo mi proceso de terapia...

Ohh = horror

Uhh = Tristeza - preocupación

Bah = resignación - aceptación

Ahh = alivio

lunes, 4 de enero de 2010

El fin de los piratas

Estaban los monumentos sentados en sus regios aposentos, comiendo mandalas, fumando cábalas y bebiendo lunas mohosas de a sorbos pequeños y lentos.

SEAN los archipiélagos, dijeron.

Y los archipiélagos fueron a sentarse al borde de las costas ovaladas y a romperse la cabeza contra las olas. Sonrieron como los chicos que salen al recreo y se parten los dientes jugando a la mancha. Despeinándose los grumos, escupieron piedras y cantaron canciones de borrachos.

Los piratas que los vieron desde lejos, quisieron compartir la algarabía. No importaron ni los cantos de sirenas, ni los tesoros apilados en la arena. Se lanzaron de lleno contra los acantilados, a estallar en mil pedazos sus barcos desvelados.

sábado, 2 de enero de 2010

Noticia roja

Si un camión repleto de tomates volcara en el avenida Santa Fe sería un bochorno. ¿Donde se ha visto circular un camión de esa calaña por tal avenida?
Los autos que vinieran detrás arrollarían sin piedad a los tomates desparramados dejando manchas enrojecidas en el asfalto. El camionero y su vergüenza huirían de la escena llevándose sólo su anonimato. La gente se agolparía en las esquinas con las manos apoyadas en la cintura. Muchos perritos blancos se escaparían de sus horrorizadas dueñas para olisquear y lamer los tomates aplastados.
Todos moriríamos de ganas de agarrar los tomates a patadas, y quizás también a algún perrito, pero no lo haríamos porque somos gente grande. Hasta que en algún momento, cuando despunte el aburrimiento, alguien se acordaría del precio de los tomates. La gente se miraría de reojo, como hacen antes de empezar una carrera, y cuando el más osado diera el primer paso, la jauría entera se lanzaría a la caza de los tesoros rojos. La escena recordaría a las hormigas africanas que en minutos cubren a un animal muerto.
Se vería a una señora de edad avanzada, encaramarse al camión volcado esgrimiendo con gesto triunfal el tomate más rojo de la montaña.
Un rato después, la policía y los bomberos pasarían a buscar al camión vacío. Los tomates aplastados se quedarían esperando a los barrenderos.
El tránsito se normalizaría, los noticieros repetirían la noticia a las ocho de la noche.
Al día siguiente sólo quedaría el recuerdo, y al siguiente a ese, sólo la idea de qué pasaría si un camión repleto de tomates volcara en la avenida Santa Fe.



lunes, 24 de agosto de 2009

Estando al Letra 17 - primera nota...



Encontré una hora muerta en la peluquería. En la cola del banco tuve que tirar a la basura veinticinco minutos que se me pudrieron. Un cuarto de hora, en el que podría haber dormido, se me desmayó en la parada del colectivo.
Me cansé entonces de hacerle a cada rato un velorio al tiempo y mientras esperaba que cambie el semáforo decidí que nacieran estas palabras.