viernes, 29 de octubre de 2010

Regalo de los dioses

Sucia, enterrecida. Tierna en su ignorancia. Amorfa y solemne.
Nacida en la oscuridad, enceguecida por la luz y transportada. Su espíritu no perece con su muerte. Su alma se digiere lenta, pesada.
Su interior crema exuda agua. Su cuerpo huele a lo sutil y cotidiano; sabe a ella misma, a ninguna otra.
Vestida de tierra, de piel, de papel aluminio. Florecida, pelada, pasada, podrida. Tan común y sin embargo tan ecléctica y polifacética. Sólida y leve, fuerte y esponjosa. Servida simple, sosa o ensalsada. Cortada en pedazos, entera o aplastada. Hervida, frita, quemada en la hoguera y renacida.
Universal, no distingue razas ni credos, no milita ni profesa. Querida por los ricos, amada por los pobres. Famosa y humilde; socialista y gourmet. Compañera de todo, enemiga de nada.
Creada por los dioses. Perfecta.


1 comentario:

  1. Qué buen homenaje a esta eteeeerna compañera que la naturaleza nos brinda!
    Gracias por eso GyS!

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