Galaxias, vacío y humo. La inmensa quietud en eterno movimiento. A lo lejos un punto, casi nada, un sol perdido. Alrededor esferas, órbitas y un centro caliente. Un globo y otro y otro. Planeta Tierra. Tierra envuelta de atmósfera. Laberintos de aire. Nidos de tormentas bordadas de relámpagos. Atmósfera sentada sobre placas de un rompecabezas. Placas de bordes coronados con dientes de piedra, de picos y valles, de bordes careados de agujeros profundos, hacia abajo, hacia el centro: Magma. Convulsiones, vómitos de roca, nubes de esquirlas. Oscuros jugos derramados. La tierra vestida de rojo. De rojo lento como un gusano. Como una oruga de fuego revolcada sobre la tierra vestida de verde. Tierra cubierta por manadas de árboles, con melenas de hojas. Estoicos árboles clavados al suelo, arrodillados en las veredas de los ríos. Toboganes líquidos acostados sobre las montañas. Cintas marrones, reptantes, frenéticas, mansas. Viajeras hacia lugares distantes, hacia la gran tierra vestida de azul. Litros y litros de salado azul. Azul dominado por los poderes de la luna. Mareas, altas y bajas. Bamboleantes mareas envueltas en corrientes giratorias. Rápidas, cálidas, gélidas. Chorros de azules subterráneos. Brotes de olas en la superficie. Fuentes de espuma sobre las orillas del norte y del sur. Olas de azul sobre la tierra fría, sobre la tierra vestida de blanco. Blanco brillante bajo el aire. Bajo la atmósfera. Bajo la luna. Blanco en los bordes de un globo entre globos. En órbitas al Sol. Un destello blanco entre galaxias, entre el vacío y el humo. Un destello blanco perdido en un cielo repleto de luciérnagas.
Ana, debo decirte que fasciné con tu relato.
ResponderEliminar"Litros y litros de salado azul"... me encanta la narración surrealista, me llevó a un lugar precioso.
Besos