Cuenta una leyenda popular que en una caja de seguridad de un banco ubicado en Santa Fe y Coronel Díaz, había guardada una maquina capaz de convertir los sueños en polvo. Al parecer su efecto era tan devastador que meses después que su dueño la retirara, el personal de limpieza aun sacaba a la calle bolsas llenas de restos de sueños de los empleados. Dicen que algunos de ellos enloquecieron y que por eso el banco tuvo que mudar la sucursal.
Y como paliativo pusieron un shoping, capaz de convertir el polvo en sueños.
ResponderEliminarJa ja, excelente.
ResponderEliminarFelicidades, Ana.
Besos.