Una tarde, un vecino místico le dijo a mi papá que él seria capaz de conectarse con los extraterrestres. Le aseguró que iba a inventar una máquina casera que lograría establecer la comunicación.
Mi papá, un poco por curiosidad, un poco por locura, siguiendo su instinto construyó una pirámide de cobre, la soldó con estaño y adentro puso una copa de coñac llena, en este caso, de coñac. A la pirámide conectó un cable y al cable un grabador.
Pasó varias noches grabando en casettes el cantar de los grillos. En algunas cintas se llegaban a oír los gritos de mamá diciéndole que dejara de perder el tiempo.
Y la máquina pareció no funcionar, después nacimos nosotros.
Claaaaaaaaro... ya te dije: con esa familia entiendo todo...
ResponderEliminartururururuuruuuuuuu que familia extraña que tenes, no se como yo sali normal :P
ResponderEliminarSe olvidado de decirle del efecto retardado!
ResponderEliminarAni, me encantan los colores que le pusiste al blog, todo lo que publicaste y siempre pense que tenia unos hijos de otro mundo.
ResponderEliminarGenial, genial. Viste el milagro de P. Tinto? Este texto me hizo acordar a esa gran peli.
ResponderEliminarBesos.
Increíble, me lo imagino a Claudio... jajajaj
ResponderEliminarPaula