miércoles, 15 de julio de 2009

Visita


Estaban sentados a la mesa cuando por la pared pasó una sombra, pequeña y ágil. Un maullido lastimoso les hizo erizar los pelos. Era el maullido de Toto, pero Toto estaba muerto.



2 comentarios:

  1. Excelente! Me encantó. Me dio escalofrío, y ahora que veo la foto del gato me da ternura, y ganas de que Toto nunca hubiera muerto, y que el fantasma viva con ellos siempre. Lástima que no se lo pueda acariciar...

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  2. Ay! Me dio una cosa por la espalda. Breve y bueno!
    Me encanta el nombre de tu blog.

    Un abrazo.

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